“Pasar un rato entre amigas y tener con quién hablar”

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Mª Carmen Mejía, presidenta y co-fundadora de la Asociación de Mujeres de Serranillos del Valle, nos cuenta cómo ha vivido la evolución de la agrupación en estos 24 años desde su creación.

¿Por qué se abrió esta asociación?

Empecé a llevar a mis hijos al colegio de Griñón y ví que había asociaciones. Y me dije “porqué en Griñón, sí, y aquí, no”. Estuve unos años en la Asociación de Mujeres de Griñón, hablé con las trabajadoras sociales y decidimos crear una aquí.

Cuando empezó seríamos como 4 o 5 y ya nos conocíamos de antes. Fuimos las fundadoras.

¿Dónde tiene su sede?

Tenemos un local en el Centro “Isabel la Católica”. Teníamos un local más pequeño y el Ayuntamiento nos ha cedido uno más grande.

¿Cuántas mujeres forman parte?

Ahora somos unas 27. Hemos sido muchísimas pero la gente se ha ido desapuntando. Se abrió la asociación de la tercera edad, con lo cual, la gente de mayor edad se fue yendo. Y nos hemos quedado las que hemos estado aquí desde el principio.

¿Tiene algún coste ser socia?

Sí, 30 euros al año que permiten poder formar parte de la asociación y participar en actividades, salidas…

¿Qué actividades lleva a cabo la asociación?

Participamos con el Ayuntamiento en las actividades que hace. Y hacemos salidas e intercambios culturales con otras asociaciones.

A parte, hacemos manualidades, aunque cada vez menos porque somos muy pocas socias. En Navidad poníamos un puesto y exponíamos las cosas que hacíamos, y montábamos dos exposiciones al año. Ahora mismo no podríamos retomar el tema de las exposiciones por número de socias, con el tiempo, esperamos que sí.

También es un lugar donde vamos a pasar un rato de ocio, hacer algo para cambiar un poco la rutina. Aunque no venga mucha gente, la que venga, que venga con ánimo de participar y hacer cosas.

¿Cómo definirías tu experiencia como presidenta de la Asociación de Mujeres?

No encontraría la palabra exacta. Al principio con mucha ilusión, con muchas ganas.

Yo venía de Alcalá de Henares y cuando ví este pueblo tan pequeño, éramos 600 habitantes, había lo básico. Una tienda donde comprar el pan. Un autobús por la mañana y otro por la tarde. Y no había nada más. O sea, que no tiene nada que ver con lo que tenemos ahora.

Empecé con mucha ilusión, luego estuve fuera de la asociación 8 años, he seguido como socia. A la vuelta, me ofrecieron ser la presidenta de la asociación por mi experiencia de cuándo empezamos, conozco el funcionamiento de la asociación.

¿Qué recompensa tiene ser la presidenta de la asociación de mujeres?

Cuando somos muchas personas llega un momento en que cada uno somos como somos y difícilmente siempre las cosas funcionan bien.

Las mujeres también somos retorcidas. Hay momentos que me dan ganas de dejarlo. Pienso, pero qué necesidad tengo. Pero, la verdad, es que las tengo cariño a todas las mujeres que forman parte. Muchas veces me cansan mucho, y me cabrean, y otras veces, por ellas, sigo adelante.

Un eslogan para animar a que otras mujeres se hagan socias

Que las mujeres se animen a participar en la asociación como una salida a su rutina. Tiempo libre y poder pasar un rato entre amigas. Salimos a comer, a cenar, al teatro… tenemos actividades.

Pasar un rato entre amigas, y si tienes algún problema, tienes quién te oriente, tienes con quién hablar. Lo más importante de la asociación es poder reunirnos, hablar y despejarnos durante un tiempo. Porque todas tenemos un problema cotidiano en nuestra casa.